Cómo preparar adecuadamente los archivos para el estudio de edición
Lanzar un álbum en vinilo: un paso crucial para muchas bandas
Hoy en día, lanzar un álbum de vinilo se ha convertido en algo casi esencial para muchos artistas. Sin embargo, no es tan fácil como transferir sus archivos digitales directamente a un disco de vinilo. Técnicamente, la música digital es una secuencia de 1 y 0, uniforme en su estructura. El vinilo, por otro lado, es un medio único con sus propias limitaciones y características. La masterización de vinilo implica preparar el audio para evitar posibles problemas y maximizar la calidad de este formato analógico: proporcionando un sonido cálido, natural y realista .

Los conceptos básicos
Un disco de vinilo es un disco de plástico que contiene una sobremarcha continua única que produce sonido cuando golpea la aguja de un disco de vinilo. Cada onda sonora de tu música (cada nota vocal o disparo de batería) está representada por una pequeña onda dentro de esta armónica.
Reproducir ferozmente estos sonidos complejos es una hazaña física impresionante. En la década de 1950, los ingenieros desarrollaron ingeniosas técnicas para hacer este proceso más eficiente, permitiendo capturar toda la gama de sonidos audibles y al mismo tiempo optimizar el tiempo de reproducción de un disco, de ahí el nombre LP (long play). Estos métodos, ahora estándares de la industria, garantizan la producción de discos de vinilo de alta calidad.
Dentro del Groove
El rango de sonido audible se extiende desde 20 Hz hasta 20.000 Hz (20 kHz). Sin embargo, el vinilo puede reproducir frecuencias desde 7 Hz hasta más de 50 kHz, con un rango dinámico superior a 75 dB, lo que garantizará una representación fiel de tu música.
Sin embargo, el vinilo tiene limitaciones físicas que hay que tener en cuenta. El primero es el espacio disponible: la superficie de un disco es finita. Las frecuencias bajas y los volúmenes altos requieren más espacio, mientras que sus armónicas deben ser más grandes y profundas. Cuanto más espacio ocupen los refugios, más corto será el tiempo de reproducción del disco.
Otro inconveniente es la capacidad del lápiz para seguir líneas con precisión. Aunque las frecuencias bajas son relativamente fáciles de seguir debido a sus curvas suaves, las frecuencias altas (con sus ondas rápidas y compactas) son más difíciles de rasterizar. Por lo tanto, es necesario realizar ajustes para garantizar que la aguja pueda navegar a través de estos complejos cambios de aceite sin ningún problema.
Pasos esenciales para evitar problemas
Operación de baja frecuencia
El vinilo puede producir tonos bajos potentes, pero las frecuencias extremadamente bajas (por debajo de 40 Hz) pueden hacer que la aguja salte a través de picos adyacentes, lo que puede causar saltos mortales. Para evitar esto:
- Mantener las frecuencias graves bien controladas y centralizadas en la mezcla.
- Las frecuencias por debajo de 100 Hz deben mantenerse mono, ya que los graves estéreo requieren un movimiento vertical significativo de la aguja, lo que puede generar saltos mortales.
Además, cualquier fase de desalinización (especialmente por debajo de 300 Hz) puede provocar interrupciones en la sobretensión. Asegúrese de que haya frecuencias bajas para evitar estos problemas.
Control de alta frecuencia
Las frecuencias altas (por encima de 20 kHz) pueden sobrecalentar el cabezal de corte, provocando ruido y distorsión. Instrumentos como platos, panderetas o hi-hats deben estar equilibrados en la mezcla.
- Utilice un de-esser para reducir la sibilancia vocal causada por sonidos como “s” o “f”.
- La sibilancia vocal, el sonido de percusión que se produce cuando los cantantes cantan ciertas letras como “s”, “f” o “t”, puede causar distorsión si no se maneja adecuadamente. Un de-esser puede eliminar eficazmente la sibilancia áspera de las voces y al mismo tiempo preservar otras frecuencias altas. Un de-esser funciona como un ecualizador dinámico que apunta al rango de sibilancia (aproximadamente 6–12 kHz).
- La eliminación de la esfericidad debe abordarse durante la etapa de mezcla. Si los problemas de sibilancia no se resuelven antes de la masterización, aplicar un de-esser a toda la mezcla puede ser la única opción, lo que puede afectar negativamente a otros elementos de la canción. Si bien esto puede reducir la sibilancia, también puede suprimir involuntariamente sonidos no deseados dentro del rango de frecuencia afectado.
- Aunque los ingenieros de masterización pueden eliminar la sibilancia después de la mezcla, es similar a realizar una cirugía: es posible, pero el riesgo de dañar los elementos cercanos en el espectro de frecuencia es correcto. Esta última solución puede proteger su álbum de silbidos fuertes y ruidosos, pero puede dar como resultado un disco más silencioso y más propenso al ruido de superficie.
- La sibilancia es particularmente problemática en el vinilo en comparación con los formatos digitales debido a la naturalidad física del medio. Este problema requiere una solución inteligente desarrollada por ingenieros en la década de 1950 para optimizar la reproducción del vinilo: la curva RIAA (Recording Industry Association of America). Esta curva de ecualización estándar se aplica antes de cortar el master para abordar las limitaciones de espacio causadas por las bajas frecuencias y minimizar el ruido de la superficie del vinilo.
El papel de la curva RIAA
Para maximizar el tiempo de reproducción de los discos y reducir el ruido de la superficie, los ingenieros de la década de 1950 introdujeron la curva RIAA, un método de ecualización estandarizado que:
- Reduzca las frecuencias bajas y aumente las frecuencias altas antes de cortar el vinilo. Esto no solo reduce el ruido de la superficie, sino que también ocupa espacio en el disco.
- Durante la reproducción, un preamplificador de voz aplica la inversión de esta curva para restaurar el equilibrio natural del sonido.
- Así funciona la curva RIAA: a partir de 1 kHz, las frecuencias bajas se atenúan 6 dB por octava. A 20 Hz, las frecuencias extremadamente bajas se reducen en 20 dB. Por el contrario, la curva amplifica todas las frecuencias por encima de 1 kHz, aumentando el nivel hasta 20 dB a 20 kHz. De arriba a abajo, esto da como resultado una diferencia de rango general de 40 dB.
- Al reducir el volumen de los graves y aumentar el tono, la curva RIAA crea más espacio para la música en el disco y al mismo tiempo reduce significativamente el ruido de la superficie. No es necesario preocuparse por este ajuste, ya que la curva RIAA se aplica automáticamente a su música antes de cortar el master. Esta es también la razón por la que un tocadisco requiere un preamplificador de fono especial: amplificar el bajo voltaje producido por el cartucho del tocadisco mientras se aplica la curva RIAA invertida para restaurar el equilibrio natural de la música.
Gestión de volumen
Evite limitar excesivamente su mezcla, ya que es posible reducir el volumen general de la grabación para evitar distorsiones.
Como se mencionó anteriormente, es esencial prestar especial atención al volumen al preparar el álbum de vinilo. Evite utilizar limitadores de pared o finalizadores en su mezcla. Aunque la limitación aumenta el nivel promedio de una pista digital, irónicamente puede provocar que su álbum de vinilo se corte a un volumen más bajo para evitar una distorsión excesiva.
Además, es fundamental disponer de suficiente margen dinámico en tus pistas antes de empezar a masterizarlas. Mantenga los niveles de pico entre -3 y -6 dB dándole al ingeniero de masterización suficiente espacio para producir un corte limpio y dinámico libre de distorsión. También es importante tener en cuenta que, aunque el volumen general del álbum se puede ajustar durante la masterización, es casi imposible incluir instrumentos o voces individuales en la mezcla. Esta limitación obliga a los ingenieros de masterización a ajustar el volumen de toda la pista para solucionar problemas como silbidos excesivamente débiles o agudos. Al crear una mezcla diseñada específicamente para vinilo y seguir estos pasos, evitarás comprometer el volumen para evitar distorsiones.

Longitud y estructura de la ranura
Un disco de vinilo gira a una velocidad constante, pero la longitud de la rueda disminuye a medida que el medio se acerca al centro. Por ejemplo, a 33 1/3 revoluciones por minuto, 2 segundos de música ocupan 36 cm en el borde exterior, pero sólo 14,9 cm por encima de la etiqueta. Esto significa que las ranuras cerca del centro están más juntas, lo que puede afectar la calidad del sonido.
A medida que los datos de audio se acercan al centro del disco, las oscilaciones laterales de la armónica también se comprimen, lo que afecta significativamente la capacidad de la aguja para rasterizar la información. Como resultado, un álbum comienza a perder algunas frecuencias altas aproximadamente a la mitad del LP.
Una forma práctica de mitigar esta pérdida de calidad es organizar el orden de las canciones estratégicamente. Puedes maximizar la calidad del sonido combinando tus pistas más dinámicas e impactantes con el principio del álbum. Por el contrario, una balada suave y tranquila se mantendrá mucho mejor en el área crítica de ruido interno cerca de la etiqueta que una pista de baile intensa y ruidosa.
Considere la duración de cada lado .
Otro factor a tener en cuenta es la longitud de las caras de tu álbum. Cuanto más corta sea la cara del disco, más espacio habrá disponible para las sobrecargas, lo que permitirá al ingeniero de masterización cortar sonidos más fuertes y dinámicos sin afectar el riesgo de colisiones de sobrecarga. Por el contrario, cuanto más larga sea la cara de un disco, más silencioso debe ser para dejar suficiente espacio para cada canción.
Como no hay un volumen general más bajo, los discos más silenciosos también son más susceptibles al ruido de superficie. En otras palabras, con el vinilo, cuanto más corto, mejor. Como regla general, la duración de los discos de vinilo debe respetar los siguientes límites:
- LP de 33 1/3 RPM: intente reproducir un máximo de 18 a 22 minutos por lado para obtener una calidad óptima.
- EPs o singles de 45 RPM: reproducidos por debajo de los 12 minutos de cada lado.
Si sigues estos principios, maximizarás tanto la calidad del sonido como la durabilidad de tus discos de vinilo, garantizando una experiencia auditiva excepcional.

¿De digital a analógico?
Algunos puristas argumentan que tomar un disco de vinilo de un master digital va en contra de la esencia misma del vinilo y de la experiencia de escucha analógica que proporciona. Sin embargo, varios factores ayudan a aliviar esta preocupación. En primer lugar, la interacción física entre los materiales analógicos del disco y la aguja de los tocadiscos juega un papel importante en la producción del sonido cálido y auténtico que caracteriza al vinilo. En segundo lugar, el proceso único de mezcla y premasterización necesario para crear un master compatible con vinilo alterará inherentemente la calidad del sonido, ya sea un archivo WAV de alta resolución o una grabación en cinta analógica.
Cuando la música está correctamente mezclada y masterizada por un ingeniero experimentado, un disco de vinilo casi siempre sonará diferente de su contraparte digital. Hoy en día, con la alta resolución que ofrecen frecuencias de visualización avanzadas y una mayor profundidad de bits, crear un master de vinilo a partir de un archivo digital no solo es común sino también la práctica estándar para la mayoría de las producciones de vinilo. Además, la grabación en cinta analógica sigue siendo una opción de lujo, que pocas músicas pueden permitirse y muchos estudios no ofrecen.
Aunque la noción romántica de los masters analógicos persiste, incluso aunque los masters digitales sean de al menos 96 kHz/24 bits, la pérdida de calidad de sonido en el disco final es mínima. Esto significa que la profundidad de bits, que determina la cantidad de información capturada por la pantalla, es más importante que la frecuencia de visualización en kilohercios. Por ejemplo, un master digital de 44 kHz/24 bits producirá mejor sonido que un master de 96 kHz/16 bits. En última instancia, la calidad del sonido final de un disco de vinilo depende mucho más de la habilidad del ingeniero de mezcla, la experiencia en la técnica de corte y el cuidado puesto por el fabricante que del formato master.
Preste mucha atención a los detalles logísticos
Una vez que tu álbum haya sido mezclado y premasterizado correctamente, será listado para enviarlo al estudio de corte para la creación de la laca. En este paso es fundamental incluir toda la documentación necesaria con tu mezcla para evitar retrasos innecesarios en el cronograma de producción.
BLM Studio requerirá una lista completa de canciones, incluyendo los títulos de ambas (no olvide las pistas ocultas o adicionales), la duración de las pistas, la duración total de cada lado y el punto donde termina el lado A y comienza el lado B. Verifique nuevamente que esta información coincida con los detalles de las impresoras en la etiqueta y la cubierta del disco. Las pausas entre las canciones de tu mezcla deben reflejar precisamente lo que quieres en el vinilo final. Estos detalles permiten al ingeniero de BLM Studio evaluar el espacio disponible para el overclocking, garantizando el mejor nivel de audio posible y la mejor calidad de sonido general.
Por último, confirme que la planta de impresión de vinilo esté listada para recibir sus pinturas. Un encaje maestro está diseñado para ser frágil, con una superficie lo suficientemente lisa como para ser grabada por el cabezal de corte. Esto también significa que puede empezar a deteriorarse en pocos días, incluso si se conserva en su embalaje protector. Por este motivo, el proceso de corte no debe comenzar hasta que la oficina de prensa esté lista para procesar sus archivos inmediatamente después de recibirlos.

Conclusión
Como puedes ver, el lanzamiento de un álbum de vinilo requiere una cuidadosa consideración de muchos aspectos específicos. Lo que funciona para un CD o una plataforma de transmisión digital no necesariamente se aplica al vinilo. Este medio atemporal está sujeto a su propio conjunto de limitaciones y restricciones que deben anticiparse para disfrutar plenamente de sus beneficios. Pero el resultado final –un álbum con un sonido excepcional e imágenes bellamente elaboradas en un formato grande y táctil– bien vale el esfuerzo.